¿Podría mi empresa estar en riesgo de desaparecer?
Luis Hernán Paúl F. Asesor y Director de Empresas
- T+
- T-
Luis Hernán Paúl
Estoy seguro que los directores y los ejecutivos de empresas como Polaroid, Kodak y Blockbuster, las cuales fueron exitosas hasta hace pocos años atrás, nunca tuvieron en sus planes desaparecer. Pero ello fue lo que finalmente les terminó pasando en un período relativamente corto de tiempo.
Lamentablemente lo ocurrido en estas compañías es un riesgo que enfrentan muchas empresas actualmente, por lo cual puede ser útil revisar qué han hecho algunas firmas tradicionales que han sobrevivido hasta el momento en lo que se ha llamado la cuarta revolución industrial.
Un caso interesante es el de Fujifilm. Esta compañía japonesa tuvo que afrontar la extinción de la fotografía análoga pero logró salvarse gracias a que incorporó a tiempo nuevas tecnologías y diversificó su oferta de productos.
Algo similar se ha dado en la industria de los medios de comunicación escrita, dentro de la cual empresas como The New York Times, The Wall Street Journal, Financial Times y The Economist han logrado adaptarse a las necesidades de sus lectores en la era digital. Estas empresas, a diferencia de Fujifilm, han continuado vendiendo su producto tradicional pero también lo ofrecen en formato digital y venden otros servicios relacionados con noticias y análisis apoyados en tecnologías digitales. Optaron por efectuar un proceso de transformación digital que ha resultado ser efectivo.
David Rogers, uno de los expertos más reconocidos en materia de estrategia digital, ha manifestado que la principal barrera para la transformación digital de las empresas tradicionales es la mentalidad de sus líderes. En este sentido plantea que los altos directivos deben cambiar su forma de pensar en lo que respecta especialmente a cuatro aspectos.
Deben repensar, primero que todo, su enfoque frente a los clientes. Una buena estrategia digital tiene que “estar basada en la centralidad del cliente”, lo que implica tener un “enfoque absoluto” en sus necesidades y expectativas. Se requiere verlos menos como objetos pasivos y más como agentes dinámicos cuyo nivel de satisfacción no sólo afecta su demanda por productos y servicios sino que también la de los demás.
En segundo término, deben repensar la forma de establecer quiénes son sus reales competidores y socios, en la medida que el concepto de quiénes conforman una industria se hace menos claro y toma importancia el concepto de ecosistema.
Lo tercero es entender de manera diferente los datos y la importancia que su manejo tiene en la medida que éstos están dejando de ser antecedentes operativos y se están convirtiendo en activos estratégicos.
Lo cuarto es tener una actitud distinta frente a la innovación y la adopción de riesgos. Hay que abrirse más frente a la posibilidad de realizar experimentos y explorar oportunidades de crecimiento. Acostumbrarse a que el fracaso es parte del camino al éxito. De que muchas veces lo que funciona surge de la experimentación con lo que no funciona.
Pero hay que estar consciente de que la forma de innovar y hacer estrategia no es una sola, por lo cual hay que buscar cuál es la más apropiada para la empresa de uno.
Algunos lectores pensaran que la visión anterior puede ser aplicable para algunos mercados en el extranjero pero que en Chile la situación es distinta, ya que acá no han desaparecido empresas exitosas todavía. Personalmente creo que ello ha ocurrido efectivamente porque vamos un poco desfasados en relación a los mercados más desarrollados, pero igual el proceso de transformación digital está avanzando, aunque probablemente de forma algo más lenta especialmente en los sectores que cuentan con barreras naturales frente a la competencia externa.
Por ende soy de la opinión que la mayoría, aunque no todas, las empresas tradicionales en Chile pueden contar con un poco más de tiempo para hacer frente a las oportunidades y desafíos que este proceso les está generando, pero más vale que reaccionen a tiempo, porque si no también podrían terminar como Polaroid, Kodak y Blockbuster.